Patricia
Pozo Fachin y José Antonio Herrera Montañez son los creadores de este hermoso, importante
y ejemplar proyecto de formación actoral para la comunidad sorda en Lima. Patricia es Fotógrafa y ha sido modelo de
pasarelas en los años 80, (Miss Sorda Perú en 1987); y él, su pareja, José
Antonio Herrera, Actor y Asesor de Prensa.
Aquí, José Antonio nos da a conocer el trabajo que vienen realizando con
las personas con discapacidad auditiva en Lima.
Archivo fotográfico: Teatro en Silencio
Entrevista: Silvia Rodríguez Siu
Tienes
formación teatral
Estudié en el Club de Teatro
de Lima con Fernando D’Amore. Terminé en
el año 90 y luego, tomé talleres con Herman Herman, Aristóteles Picho y Ada
Bullón (Exdirectora de la Escuela de Arte Dramático) hasta 1997.
¿Cómo se
da este encuentro entre Patty y tú?
Cuando tenía 12 o 13 años, yo
manejaba una cámara fotográfica con lente fijo graduable, con rollo y cintas, una afición muy cara. Con el tiempo entro a trabajar
a la parte audiovisual y me desligo de la fotografía, y cuando me reencuentro
con Patricia, me cuenta que hacía fotografía profesional. Así nos enganchamos
con esa área de las comunicaciones. En nuestras charlas por chat, ella me
contaba cómo es el trato para las personas con discapacidad auditiva en los
Estados Unidos donde ella residía; qué cosas estaban implementadas para la
comunidad sorda y además, observaba el atraso de lo que se vive acá en el Perú. Me explicaba cómo en EE.UU., el Estado se
preocupa para preparar y capacitar a las personas con discapacidad, en este
caso, auditiva, para que puedan ser autosuficientes.
Teatro en Silencio es un proyecto artístico-social, pero además, de pareja. ¿Cómo sucede toda esta magia? ¿Cuál es el momento en que ustedes deciden crear y emprender este proyecto juntos?
Patty estaba en el tema de
regresar a vivir a Lima. Ella venía por encargo de un gremio de la comunidad
sorda que tiene la matriz en Europa y deseaban realizar una filial en el Perú. Entonces, ella me solicitó primero, que la
apoyara como Maestro de Ceremonias para su evento. Luego, otro día, que necesitaba un jurado de
actores; entonces, le busqué unos amigos, y así, terminé viendo aspectos como
por ejemplo, acomodar las sillas, alquilar
los manteles; hasta el último detalle de ese evento recayó en mí. Así, tuve la oportunidad de conocer a buena
parte de la comunidad sorda: cómo es su dinámica y cuáles eran sus necesidades
e inquietudes. Recuerdo mi sorpresa
cuando me enteré que cuatro de estos chicos estudiaban actuación, pero que no
los tomaban muy en cuenta en las clases.
Por otra parte, Una niña me dijo que estaba en un taller para personas
con discapacidad en general. Me comentó
q cuando a ella le tocaba participar, había otra niña (con otro tipo de
discapacidad) que se burlaba de ella.
Patty me explicó que para los
sordos es muy incómodo trabajar en un taller con chicos downs, con retardo o
con discapacidades distintas. Entonces,
me expresó su inquietud que debería haber un taller solo para sordos.
Yo había conocido a este
grupo en ese evento. Posteriormente, ellos
buscaban a Patty y le decían que deseaban que yo les enseñara actuación y así,
empezó todo.
¿Tú ya
sabías el lenguaje de señas por medio de Patricia?
Antes del taller muy
poco. Cuando decidimos dar el taller empecé
a comunicarme con Patty con señas (aunque ella me leía los labios); entonces,
allí fui yo familiarizándome con ello y en el taller, aprendiendo con los
mismos chicos, al punto que hemos tenido que inventar nuevas señas para cosas
propias de la obra, para nombrar personajes, elementos del teatro, etc. Ellos
dibujan mucho los términos, con símbolos a través de sus manos. Ellos tuvieron que empezar a conocer palabras
importantes y necesarias propias de la actividad teatral, pues, para poder
dirigirlos, era necesario que me entendieran y sepan qué era lo que tenían que
hacer y aprender. Ellos estuvieron muy dispuestos en todo momento.
¿Qué tiempo duran los talleres? ¿Son por niveles? ¿Cómo los planificas?
El primero y segundo taller
es por niveles. Está dirigido a hombres
y mujeres a partir de los 15 años. Ellos
y ellas aprenden las diferencias de las emociones, cómo son las posturas del
cuerpo y cómo cambia el rostro en los diferentes estados de ánimo. También, trabajamos con objetos y espacios imaginarios
para contar historias. Aquí ellos
aprenden a fortalecer sus valores, a tener más seguridad en sí mismos, a elevar
su autoestima y niveles de comunicación.
¿Están
construyendo una obra entonces? ¿Cómo se llama y cuánto dura?
La escribí yo. Se llama “Invisible”. Dura aproximadamente 40 minutos y nace dentro
de los talleres conociendo las propias historias de mis alumnos.
¿Y cómo
han recibido la obra que tú has creado para ellos? ¿Cómo la sienten? ¿Les ha gustado? ¿te han sugerido cosas?
Yo les pedí que me cuenten
sus historias. Lo que yo he hecho es recrearlas,
pero no al punto que se plasmen sus vidas.
La historia de los sordos es la misma, pero diferente a la vez. Cuando ellos nacen, todas las familias son
felices. Transcurren unos meses y se dan cuenta que algo está pasando, algo diferente
hay: En algunos casos, tuvieron una fiebre alta y el médico no la pudo
controlar; en otros, el médico olvidó colocar el pediátrico en el jarabe y reventaron
los nervios auditivos. Lamentablemente ante esa negligencia, no hay una
solución y el Estado no hace nada, es como aislarlos. Ellos procuran
comunicarse solo con personas sordas porque sienten vergüenza de comunicarse
con señas sobre todo en las calles.
¿De qué manera te exige trabajar con actores con discapacidad auditiva?
Te exige diferente. Primero escribí la historia con la ayuda de
ellos. Con ese conocimiento tengo que ir acortando textos, usando
términos más sencillos. Cuando hicimos
el primer taller, quise inicialmente presentar el cuento “La Caperucita Roja”,
pero tal y como está estructurado para ellos eran demasiados términos,
entonces, tenía que eliminar palabras, readaptar algunas cosas de la versión
original para que ellos puedan representar la historia y así, otros aspectos en
la comunicación. En el desarrollo de la
misma historia, la modifico considerando la condición especial de los chicos y
luego, hago que la lean para que me den más observaciones y realizar un nuevo
ajuste de la obra.
Para los actores, y tú lo sabes, presentarse por primera vez involucra muchos nervios y la expectativa de cómo lo recibirá el público es gigante. La obra de ustedes, “Invisible”, es un trabajo de arte escénica que además es único en el país; ¿Qué está pasando por la mente y los corazones de estos actores con discapacidad auditiva, a pesar que todavía no tienen todos los medios para concretarlo? Qué expectativas tienen tus alumnos, pues sería su primera presentación.
Existe mucho interés y
responsabilidad de parte de los chicos; se aprenden lo que les estoy
encargando. Es para ellos también, un
tema de reivindicación. La sociedad los
tiene muy marginados; por ejemplo, en un supermercado tienen derecho de hacer
una cola diferente, preferencial, pero, mucha gente les reclama y se molesta a pesar de
explicarles que tienen discapacidad auditiva.
No hay todavía en nuestra sociedad, una conciencia y esa es una función
del Estado.
Entonces, al ponerlos a ellos con esta obra, los harás visibles ¿Qué es lo complicado de sacar adelante este proyecto?
Es complicado en el sentido del
financiamiento por donde lo veas. Nosotros tenemos un pequeño estudio
fotográfico que es una habitación de 3x4 y que hace las veces de nuestra sala
de ensayos. Para montar la obra, necesitamos
apoyo económico con el que no contamos ahora, pues deseamos hacer algo muy
profesional, con buena escenografía, vestuarios, todo.
Por otra parte, están el tema
del tiempo y la distancia. Por
necesidad, a pedido de ellos mismos, yo me acomodo a sus horarios: Tengo 2
grupos: martes y jueves de 20:00- 22:00 h y domingos de 9:00-13:00 h. Tengo alumnos que vienen de distintos
distritos de la capital: Uno de Surco, uno de Pueblo Libre, 3 ó 4 del Callao y
2 de Comas.
Me
comentaste que tus alumnos habían visto la novela “Amor de Madre” que gira en
torno a la historia de una persona con discapacidad auditiva. ¿Qué significó
para ellos?
Al comienzo, cuando vieron la
publicidad anunciando que iban a dar la novela y de qué trataba, ellos se
sintieron muy felices y con muchas ganas de verla. Lamentablemente, la emoción solo les duró un
día, pues en el segundo capítulo ya entraban a tallar otras historias que, por la limitación del lenguaje verbal, ellos
no podrían hilar con la principal.
Mis alumnos expresaron que hablaban de ellos como comunidad, pero no los
podían entender, pues no había en la novela el lenguaje de señas, ni por lo
menos, un subtítulo para que pudieran seguir la historia.
La obra “Invisible”
es un primer paso en el trabajo de ustedes como colectivo. ¿Cómo se ven más
adelante?¿Qué otras cosas desean realizar?
Por este olvido del Estado,
las personas con discapacidad auditiva, en muchos casos, no terminan ni la
educación primaria. Como no existe una
planificación para su educación, los niños y niñas con esta condición se
terminan aburriendo: hay mucha deserción escolar. Por otro lado, están los que
lograron estudiar una carrera u oficio, pero les cierran las puertas en los
trabajos; por ser sordos, no les dan la oportunidad laboral por
desconocimiento de su situación.
Patricia y yo estamos convencidos de que ellos podrían desempeñarse
excelentemente en muchas profesiones y también, en otros oficios, como por ejemplo, en
la publicidad donde se utilizan carteles, en el modelaje o como extras en las novelas.
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