¿Qué es para
ti la belleza?
La belleza es un sentimiento muy personal. Yo uso mucho la metáfora: es como un barco y
la atracción en general: Tú eres un barco y si vas con las velas y te dejas
llevar por el viento, te lleva nomás y llegas a lo que te parece bello, lo que
es auténtico. Si remas, estás yéndote,
conscientemente buscando otras cosas.
Cuando se trata de belleza, de creatividad y de tomar las grandes
decisiones de la vida, uno trata de remar a hacia donde el viento sopla.
¿Y hay
belleza en la tragedia en las cosas feas, en las cosas negativas?
Sí, también. De hecho, uno de mis compromisos,
luego de La Máquina, es celebrar todas las dimensiones de la vida porque, por
ejemplo, puede ser muy hermosa una cosa triste y cuando uno está así, si lo
ahoga y lo niega, es un falso optimismo, porque no se puede estar todo el
tiempo feliz. Entonces, yo quiero
celebrar la tristeza, la felicidad, el amor, la belleza, la fealdad, todo lo
celebrable porque es parte de la vida.
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Estampida Óleo sobre lienzo 150 x 70 cm |
¿Cómo un
chico de 25 años puede llegar a pensar con tanta madurez?
Siempre pienso mucho; trato de facilitarme el
camino en la vida porque, si uno no se inspecciona, puede repetir los mismos
errores. Entonces, mi idea es conocerme
muy bien y al mundo exterior para relacionarme lo mejor posible con eso. Principalmente, la fuente de mi inspiración
es la vida amorosa que me ha enseñado, me ha educado. Me parece que una manera de conocer a alguien
es en esos momentos cuando uno está solo.
Yo le doy muchas vueltas al tema del amor, las relaciones entre
personas, las relaciones con uno mismo, la dignidad y trato de anotar todo,
pero no lo hago todo literal, lo anoto todo en códigos, en metáforas: de la
misma manera que pinto metáforas, también las escribo como una forma de
registrar mis aprendizajes, en la que llamo “La Épica de Redención” que termina
con “La Máquina de Redención”, y todo ese recorrido está escrito: cuando se lo
enseño a alguien se da cuenta que lo he escrito muy para mí, pero se puede leer
independientemente y disfrutar de manera estética.
¿Crees que el
Arte contemporáneo puede ser apreciado por todos? Todavía se le puede percibir como elitista y
para un artista puede ser limitante que lo vean así.
A mí me parece que la música, actualmente, es mucho
más honesta que el arte contemporáneo porque en este último hay un elitismo
sobre entender la obra. Creo que hay cierta gente que está disfrutando mucho de
ser “el que entiende” y el Artista deja un espacio para que unos cuantos lean y
el que ha leído es “el que entiende” y los demás son “el pueblo”.
Me gusta llegar a la gente de una manera más
directa. Al respecto, tuve una discusión con un profesor de Arte que duró una
hora: Yo pienso que se puede comunicar un sentimiento, y él sostiene que el
sentimiento es una vía para llegar, para que una persona se acerque y lea
finalmente, tu concepto, la parte intelectual de la obra. También hay una guerra súper fuerte contra la
literalidad, lo anecdótico. Por ello,
sostengo que, por ejemplo, una canción pop es eso: tiene un sonido, te mueve de
una manera (algunos se sienten felices, otros tristes) y tienen una letra que
habla de tal cosa y ya; no se complican y llegan a personas con un nivel de apertura
y de sinceridad diferente: Eso es lo que yo trato de hacer en mis pinturas.
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Riendas 150x110cm Óleo sobre lienzo |
Los colores
que usas, los temas, llaman a todo tipo de público.
Vienen con la esencia de la obra; es un tipo de
obra que no humilla; creo que se está humillando mucho al espectador: Yo estoy,
básicamente, casi a su servicio. Componer
una obra es tratar de entregar un mensaje de manera efectiva a cualquiera.
Carlota
Carvallo es un personaje emblemático para la cultura peruana: ¿Desde niño ya eras
consciente qué significaba?
No, yo era bien despistado, es decir, no estaba permanentemente
consciente que tenía una familia de artistas. Carlota es mi bisabuela por línea materna.
Yo, personalmente, estoy retomando la pintura desde
antes del Indigenismo, la pintura del
Siglo XIX, Realista. Yo veía en
el Indigenismo todavía, parte del realismo que me gusta: El trabajo en color,
en volúmenes, la manera en la que pinta mi bisabuela, pero también está con la
ola del impresionismo muy presente. Entonces, yo creo mis propios héroes, según
mis criterios: Porque Picasso sea famoso y todos conozcan su nombre, eso no lo
hace mi héroe; yo no aspiro a ser el tipo de artista que fue él. Tengo un gran y profundo respeto familiar por
mi bisabuela; también, he visto sus cuadros y encuentro mucho que admirar en
sus pinturas, pero, cuando se trata de reputación, eso no me significa mucho.
¿Ser Artista
es duro?
Supongo que depende cómo definas qué es duro. Yo puedo haber sacrificado mucho tiempo,
disponibilidad, descansos; puede ser duro, pero a la vez, emocionante, muy
bueno para mí. Yo creo que más duro es ser alguien que no eres.
A raíz de
las dos muestras que has tenido: Una con el Colectivo Caffeine Heroes y tu
primera individual “La Máquina” empiezas a tener tus seguidores: ya te escriben
más y por allí, aparecen personas que recurrentemente te comentan por las redes
sociales; incluso, algunas que se inician en la pintura te consideran
como un referente contemporáneo.
Mi página de Facebook estaba hasta hace 2 meses en
600 y ahora está en casi mil y hay que tener en cuenta que es sin publicidad.
Estoy siempre allí, dialogando con ellos. Me gusta conversar con gente que
realmente le interesa mis trabajos. Me gusta bastante lo que me escriben en
internet porque la gente es muy grata; muy lindos sus comentarios siempre.
Me encanta ser un referente porque me hace recordar
mis inicios, cuando estaba en el primer año de Corriente Alterna y yo también
tenía mis referentes en ese momento. Entonces,
que me vean ahora así, es genial, porque me da la sensación que estoy llenando
un espacio que falta en Lima.
Lo que más
alimenta al Artista son los aplausos y el reconocimiento. ¿Qué recibiste con la
muestra “La Máquina”?
Era una expo más espiritual para mí, y entonces, lo
más importante fue que el cuadro estaba hecho y lo más bonito que yo recibía es
ese logro que se llama “La Máquina de Redención”. A partir de ese momento, oficialmente, dejaba
de cargar con las culpas que tenía: Me convertí en una nueva persona a través
del arte.
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"La Máquina de Redención"
2.30x230mts
Óleo sobre lienzo
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¿Cuánto
tiempo te demoró el cuadro principal que es de inmensas proporciones? (2.30 x
2.30m)
Había maneras más rápidas de hacerlo, pero por puro
amor, lo hice de la manera más meditada porque, yo podría haber dibujado
directamente el contorno de las ropas y caer de frente a la forma, como es muy
usual (yo también lo hago a veces); pero, en lugar de ello, dibujé con un
método que empieza en los huesos, y encima de los músculos, la tela; entonces,
de adentro hacia afuera: Primero, todas las medidas de todo para ubicar; luego,
ubicar las partes claves de los huesos, esqueleto, el ambiente y perspectiva,
músculos, caras, manos, fondo. Y ese método de dibujo, como no escatimé en
esfuerzo, me tomó un mes y medio de todo el proceso; solo la línea y eso es
notable, pero también había mucho que corregir: al final, me di cuenta que lo
había pintado medio y tuve que repintar mucho.
Faltando un mes y medio, empecé a estar bastante desesperado, pero era
lo que necesitaba para entrar al 100% de mi esfuerzo. Me gusta tener tiempo también para mí y hacer
otras cosas; tener una vida más variada, pero, esta vez, no pude hacerlo porque
estaba con mucha presión y nunca había trabajado tanto y tan seguido. Para mi
último fin de semana venía trabajando 18 días consecutivos sin descanso, sin
ninguna otra actividad que no sea pintar ese cuadro.
Tomás, ¿qué
hay del ego? ¿cómo se maneja eso?
Difícil. Cuando dos artistas conversan (y esto me
pasa con mis colegas) hay un choque de egos; siempre es mejor optar por la
humildad, porque, si optas por el ego, pierdes.
He tenido algunos conflictos directamente relacionados con ese tema,
pero ya están resueltos; pongo por encima la cuestión de la amistad y el
compadrazgo del arte. Igual, siempre va
a dar una sensación de poder y de control: poder componer un cuadro; generar un
sentimiento de belleza en otros: tienes que ser un fan del control para pintar.
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Es La Inercia! Óleo sobre lienzo 90x90cm |
Y esto
sucede en un pintor diferente a artistas de otros géneros, porque realmente,
el pintor está en su espacio y no hay un jefe, un director u otra persona; no
depende de nadie para trabajar.
Sí. A mí me
gustaría no estar tan solo para tener más críticos. Acá en Lima está el pintor Eduardo Deza; es
una de las pocas personas que va tras lo mismo que yo. Lo conocí recién el año pasado; ambos
habíamos oído de nuestros trabajos; pero, aparte de él, allí se acaba más o
menos, el panorama del academicismo de la pintura realista en Lima, al menos en
la generación actual de atelier occidental. Hay más pintores realistas de otras
generaciones pero tratan temáticas y métodos con los que no me identifico. Tengo
que irme a un lugar que me rete. Ese es
mi próximo paso. Voy a irme a España en julio, por tiempo indefinido: por arte,
por reto y por amor también. Quiero
recuperar un poco de esta humildad; estar en un ambiente en donde no soy de los
mejores, sino, más o menos. Yo siempre
tengo esa hambre: Si no estoy dando clases, estoy aprendiendo por mi cuenta: Me
hago mis propios cursos de dibujo y anatomía, solo. Dibujo gestual, pintura;
cuando veo que algo me falta, comparo mi obra con la de un referente y a la
carrera me voy a mejorar ese punto débil.
Volviendo a
“La Máquina”, a tu concepción, has explorado tu interior; ¿qué piensas de la
vida? Nosotros nacemos y ya estamos
condenados a morir; entonces, si hay conciencia de ello, sabemos que hay cosas
que hacer y aprovechar el tiempo; es un poco como meterte a “la matrix”:
¿concibes la vida de esa manera? ¿qué es la vida?
Es curioso: yo soy una persona con un lado muy
racional y otro muy emocional, ambos fuertes y que conviven muy bien; los he
amistado: ante la realidad, lógico; y ante las verdades personales, muy
emocional. Soy ateo y no creo que
existan espíritus, ni dios, ni nada; solo el mundo material; pero soy muy
espiritual, a pesar que no creo en los espíritus porque, tengo clarísimo que en
el mundo de la imaginación todo es posible: Yo me meto en mi mente como los
niños cuando tienen un amigo imaginario; tengo este mundo interior donde son
mis reglas. Un poco contrapone la dureza,
el caos, el accidente del mundo real y proceso lo que hay en mi mundo interior
y lo regreso al mundo real en la forma de un cuadro. Entonces, sobre la vida pienso que es un
accidente cósmico que ocurre de una serie de átomos que se juntaron de la
manera correcta, y el ser humano y su conciencia son también un accidente, y la
muerte es el fin.
¿No te da
pena?
No, para nada. Porque eso te hace dar cuenta que la
vida es muy escasa en el universo y una especie de oportunidad para celebrarla:
El momento que estás aquí es único y para manifestarse; entonces, yo hago eso y
no tengo pruebas de que haya un dios a quien agradecerle, pero, me siento grato
de la oportunidad de vivir.
En pintura
peruana, ¿quiénes son tus referentes?
Mi profesor, Leonel Velarde, quien estudió en Bellas
Artes y luego, en una academia rusa realista en plena moda del abstracto. Me influenció mucho por lo que me decía. Creo
que un profesor tiene que enamorarte del trabajo, y él es quien me enamoró de
la pintura. Ha vivido desencantado
siempre de enseñar a futuros artistas conceptuales porque lo que a él le gusta
es la pintura y vio en mí, ese potencial.
En la historia del arte tengo memorizados los nombres y obras de
muchísimos pintores y escultores que me influencian muchísimo, y siempre hay
que respetar a los grandes maestros, ya que es su legado el que continuamos
hoy. También sigo a más de 80 pintores realistas que ya son “de clase mundial”
en redes sociales, así que siempre estoy al día con lo que van publicando.
Y qué sucede
contigo como profesor: ¿Te gusta enseñar? ¿Lo haces para sobrevivir o una
combinación de ambos?
Durante el año pasado enseñé, sí, un poco para
sobrevivir porque no podía vender lo que producía, ni aceptar encargos porque
estaba pintando “La Máquina”. Pero el
dinero nunca es el motivo para enseñar.
Probablemente, si me hubiese importado el dinero, si hubiera estado
buscando eso, hubiera escuchado los mitos de pintar y no me hubiera metido a
hacerlo. No hago nada por sobrevivir:
prefiero ser pobre en una esquina de la calle y pintar con café que estar en
una oficina y tener una vida moderada: Estoy listo para lo peor; yo seguiré
haciendo lo mío.
No soy una persona muy solidaria; soy casi egoísta
en todo; pero la única cosa que me gusta dar es “lo que yo tuve”: Darle la
oportunidad a otro de aprender mucho más rápido que yo, que me alcance, me
supere: Me gusta enseñar. También me
gusta hablar mucho de pintura y ser profesor me da la oportunidad de volcar
todo lo que he estudiado y todas mis notas mentales, que normalmente la gente
no estaría dispuesta a escuchar. Uno
mismo repasa haciendo eso.
Me gustaría, eventualmente, poder ampliar la
cantidad de gente a la que le enseño y hacer un atelier; quiero dar ese
legado. Lo que me gusta es cuando un
alumno realmente se puede comprometer a mi nivel, a estudiar de verdad, pues,
hay mucha gente que entra como un experimento (“quiero probar mi pasatiempo”),
pero, llega un punto en el que te das cuenta que como pasatiempo no vas a
llegar a pintar bien: tienen que realmente meterse de lleno. Al igual que a mi profesor Leonel le agradó
que yo fuera comprometido, me gusta que mis alumnos tengan la misma actitud. No
soy un profesor que se guarda información, que trata de reservar información en la clase
y guardarse secretos del oficio que lo mantengan en una posición de ventaja
técnica, siempre trato de dar mucho y ayudar todo lo que pueda. Creo que eso también va a darme una ventaja
como profesor.
El 16 y 17
de abril participarás en el Barranco Open Studios y en mayo, en una nueva colectiva
con Caffeine Heroes: ¿Qué viene luego?
Ir a vivir a Madrid en julio. Tal vez, si estuviera haciendo otro tipo de
arte, me quedaría, pero, este momento de mi vida es el correcto para ir a donde
quiera y probar.
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Tomás Prochazka y su obra "A mí déjame en el mar" |